En un antiguo matadero municipal en Azazga, en la región de Cabilia, Cerine Kessal entrena para cumplir su sueño: ganar algún día el oro olímpico como hizo en París 2024 su compatriota Imane Khelif, la "locomotora del boxeo femenino" en Argelia.
"Quiero participar en los Juegos Africanos y en el Mundial, ser como Imane Khelif y ganar los Juegos Olímpicos", declara a la AFP la adolescente de 15 años después de dos horas de entrenamiento.
Khelif, de 25 años, ganó la final de -66 km en los Juegos de París, el pasado agosto, y se convirtió en uno de los rostros de esa cita, en gran medida por una controversia mundial sobre su género.
Pero pese a esa tormenta mediática, los argelinos defendieron vehementemente a su campeona y miles de personas fueron a recibirla en su región natal, cuando regresó de París en agosto.
Desde la conquista de esa medalla, los clubes de boxeo de Argelia han visto elevarse muy significativamente el número de jóvenes mujeres, o incluso adolescentes, que se han interesado por comenzar a practicar este deporte dominado tradicionalmente por los hombres.
Cerine Kessal, que es ya doble campeona de Argelia en categoría junior en la categoría de 54 kg, está muy ilusionada por el 'efecto Khelif'.
En esta sala de Azazga, Kessel es además "un modelo para todos los boxeadores" y sus acciones en el gimnasio y el ring son seguidas de cerca por su entrenador, Djaafar Ourhoun, él mismo excampeón de Argelia.